imaginemos que es el año 2050. hemos llegado hasta aquí rastreando una serie de mitos, memorias de abuelas, leyendas que la gente cuenta. es el año 2050 y nuestra actividad es considerada un delito, somos traficantes, traficamos semillas, traficamos máquinas de tiempo, somos las mulas que rebuscan dentro de esta máquina/semilla los misterios y presagios de un pasado/futuro. cuando hablamos de tráfico, nos referimos a la potencia de creación subjetiva que implica pensar lo transterritorial, más allá de las leyes migratorias elaboradas para los cuerpos humanos que transitan territorios. esta conferencia performativa recoge materiales de un proceso colectivo creador de redes, donde se vislumbran espacios de juntanza para el pensamiento micropolítico, poéticas de la deriva, espacios relacionales para conversar sobre la semilla, una suerte de contra conjuros para desestabilizar este sistema opresor que coarta nuestra soberanía alimentaria.
tráfico de semillas para reimaginar el futuro, mientras provocamos al pasado. ¿tú? ¿qué semilla llevarías contigo si viajaras al futuro? ¿cómo resignificar la palabra tráfico? ¿cómo se produce un tráfico de pensamiento, un tráfico de gérmenes de futuro, un tráfico de fermentos, de destilados, de macerados? este proyecto nace del deseo de transitar territorios con semillas en las manos, para compartirlas con quienes tengan una parcela para sembrar y, de esta manera compartir también saberes ancestrales de siembra, cultivo y cuidado que se puedan replicar en nuestros relacionamientos cotidianos humanos: prácticas de cuidado que se apliquen entre diferentes especies. sabemos que la mejor forma de resguardar una semilla es sembrándola. quizás toca imaginar técnicas contemporáneas desde el arte para ayudar a que estas memorias ancestrales no se pierdan.